Descripción de mi tema del blog

Estas Leyendas son muy importantes porque son educativas y además tienen en cada una de ellas una lección que aprender.

martes, 5 de enero de 2016

El Gallo de la Catedral

Había una vez un hombre muy rico que vivía como rey. Muy temprano en la mañana comía el desayuno. Después dormía la siesta. Luego, almorzaba y, a la tarde, oloroso a perfume, salía a la calle. Bajaba a la Plaza Grande. Se paraba delante del gallo de la Catedral y burlándose le decía: ¡Qué gallito! ¡Qué disparate de gallo!
Luego, don Ramón caminaba por la bajada de Santa Catalina. Entraba en la tienda de la señora Mariana a tomar unas mistelas.
Allí se quedaba hasta la noche. Al regresar a su casa, don Ramón ya estaba coloradito.
Entonces, frente a la Catedral, gritaba: ¡Para mí no hay gallos que valgan! ¡Ni el gallo de la Catedral!
Don Ramón se creía el mejor gallo del mundo! Una vez al pasar, volvió a desafiar al gallo:¡Qué tontería de gallo! ¡No hago caso ni al gallo de la Catedral!
En ese momento, don Ramón sintió que una espuela enorme le rasgaba las piernas. Cayó herido.
El gallo lo sujetaba y no le permitía moverse. Una voz le dijo:¡Prométeme que no volverás a tomar mistelas! ¡Ni siquiera tomaré agua! ¡Prométeme que nunca jamás volverás a insultarme! ¡Ni siquiera te nombraré! ¡Levántate, hombre! ¡Pobre de ti si no cumples tu palabra de honor! Gracias por tu perdón gallito y se alejó cojeando del lugar, y el gallito regresó a su puesto.

La Diosa de la Guayusa

Una mañana muy temprano, rayando el alba, Mashurca el shuar mas joven, de carácter alegre, muy ufano salio para el río y mientras se zambullía en las tranquilas aguas, bajando en la corriente del río se presento a el una hermosa ninfa, con vaporoso vestido y una larga túnica como de novia que se perdía en la tenue neblina; se quedo flotando en las aguas y le dijo que no tema de ella ya que era una conocida diosa (Tzunky) buena, que solo venia a enseñarle a preparar la tradicional guayusa y cuyas hojas traía en sus torneados brazos, le entrego a Mashurca dándole algunos consejos para su elaboración.

El joven, siguiendo las indicaciones recibidas hizo esta aromática bebida, todos los compañeros quedaron muy complacidos y maravillados.
Desde aquel momento Mashurca tenía el encargo de cocer esta pócima todas las mañanas, pero nadie conocía cual era su secreto. Siendo así que muy temprano a la hora del alba, iba al rio a recibir la guayusa que ella le traía.......

Transcurrió algún tiempo y varias lunas de esta manera. Pero una mañana la misteriosa Tzunky que se había enamorado del joven shuar, le propuso recorrer con ella los intrincados caminos de la gran selva, los cauces cristalinos, ríos y cascadas, llevando el secreto de la guayusa a los poblados mas apartados; le prometía que le daría la eterna juventud en cada amanecer y pa­ra siempre como recompensa. Mashurca se asusto, tuvo miedo y no acepto la oferta de la diosa de los vientos, de los bosques y del agua.

Sucedió entonces, que herida en su vanidad y soberbia, la hechicera le convirtió a su amigo en un denso árbol con figura humana, para que de sombra a los pájaros.
Mil mariposas de bellos colores revoloteaban entre sus ramas y un halo de fragancias había en el ambiente.


Esa mañana ya no hubo la cálida bebida, todos salieron a buscar a Mashurca… solo encontraron un frondoso árbol de guayusa de verdes hojas a la orilla del rio… La leyenda dice, que deberían pasar muchas estaciones y muchos soles para que el joven shuar recupere su figura varonil y su personalidad, como hombre de la selva.